Ya que en México se consume más de 20 millones de latas de aluminio diariamente; y una persona tira en un año alrededor de 10 kilos de latas de aluminio. Actualmente, siete de cada diez latas son de aluminio y tres de acero laminado.
Si bien las latas pueden ser recipientes adecuados para envasar productos alimentarios e industriales, no debemos olvidar que constituyen un residuo que representa el 2% del peso de las basuras domésticas. Las latas se revisten con estaño y a menudo se cierran con aluminio; de esta manera se garantiza una mejor estabilidad del producto, pero en cambio se dificulta el reciclado.
Reciclando constantemente aluminio ahorramos los recursos empleados en su producción, que representan el cuádruple de gastos en energía y materia prima. Por eso es importante empezar la separación de estas latas desde su uso en el hogar o comercio, para separar el aluminio de la basura. Pero en estos momentos se puede recuperar casi el 2% del metal procedente de las latas que se encuentran en los residuos sólidos urbanos.
Para la recuperación del acero de las latas es preciso desestañarlas y extraerles el aluminio; éste es un proceso bastante contaminante, aunque mucho menos que el de producir acero de nuevo.
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